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Preguntas más frecuentes
Sal de dudas

Lamentablemente, al principio las molestias suelen ser leves y fácilmente atribuibles al estrés del trabajo, al cambio de estación climática o a otras condiciones normales de la vida… 

Si dormimos, o permanecemos largo tiempo, sobre una zona geopatógena los primeros síntomas son nerviosismo, irritabilidad, malhumor, cansancio, insomnio, migrañas y palpitaciones. 

En caso de exposición larga y continuada, pueden llegar a afectar tu equilibrio neurovegetativo y acabar ocasionando enfermedades graves como leucemia y cáncer.

Los bebés y los niños pequeños son los más sensibles y quienes suelen padecer más las dolencias producidas por las radiaciones, puesto que su organismo y sus células están en formación y desarrollo.

Fíjate si se mueve en su cama o en su cuna, si siempre se queda pegado a la pared como huyendo de alguna zona de la cama, si se despierta muy a menudo, se hace pis en la cama, llora por las noches, se cae de la cama… Todo esto son indicios de que puede estar durmiendo en una zona alterada por radiaciones naturales y, seguramente, agravada también por la presencia de radiaciones artificiales que pueden estar interfiriendo su descanso nocturno. Lo que acabará afectando a su crecimiento y su salud general.

El primer paso es salir de la zona afectada y colocar la cama en una zona neutra. Si los daños que se han producido en tu organismo después de este tiempo no son muy graves, poco a poco y siguiendo el tratamiento que te establezca el médico, con unos buenos hábitos de vida y una dieta sana, deberías de poder recuperar tu buena salud.

Hay muchos estudios que nos alertan de sus efectos perniciosos. Es un emisor de alta frecuencia y que se suele tener funcionando día y noche.

Debemos reducir sus emisiones, para ello:

  • Conéctalo solo cuando lo utilices.
  • Apágalo siempre de noche. Hoy en día la mayoría de routers se pueden programar remotamente para que se enciendan y apaguen en un horario establecido. 
  • Si no necesitas conexión sin cable, siempre que puedas utiliza el sistema de cableado (Ethernet) para conectarte a internet y desactiva la emisión aérea.

Sería fantástico que todos los vecinos tomaran estas precauciones, poco a poco se va tomando más consciencia de esta problemática. Prueba a hablar con ellos primero para ver si están sensibilizados y también apagan el wifi por la noche.

Para evitar que te afecten los campos electromagnéticos artificiales provenientes de tus vecinos, existen otras alternativas, como: pinturas apantallantes, láminas para cristales, telas protectoras… Pero antes de decidirte por una u otra, debería estudiarse cada caso particular.

Usa el cableado para la conexión a internet, también el teléfono fijo con cable en vez de uno inalámbrico, no te acerques al cableado eléctrico, evita el uso de materiales sintéticos que agravan la carga electrostática que carga tu cuerpo y que te producirá nerviosismo y estrés… Y sobre todo, ventila la oficina cada 3 o 4 horas para tener una adecuada renovación del aire interior.

La respuesta correcta sería: lo menos posible. Sé que hoy en día es algo muy difícil de cumplir. Por lo menos, no hables en zonas con poca cobertura (ya que el teléfono estará irradiando más), y aléjalo lo más que puedas de tu cuerpo, no lo lleves en el bolsillo y para hablar usa el manos libres. 

Sobre todo, es muy importante que de noche no lo dejes cargando en tu habitación mientras estás durmiendo. Si lo necesitas porque lo usas como despertador, ponlo en modo avión.

En este post “Cómo reducir las radiaciones de los teléfonos móviles. 10 consejos prácticos.” te doy más consejos sobre cómo reducir su uso y qué puedes hacer para que no te lleguen tanto sus radiaciones.

Está demostrado que afectan directamente a los procesos bioquímicos y energéticos de las células de tu cuerpo. Directamente perjudica a todo tu sistema endocrino y hormonal y a las células del sistema inmunitario. Así pues, tu cuerpo pierde todo su equilibrio y se debilita; de manera que pierde sus defensas ante cualquier ataque de virus, bacterias y alérgenos.

  

Con el contacto prolongado, más o menos a partir de los cinco años, con altos campos electromagnéticos se pueden desarrollar enfermedades crónicas: reuma, asma, bronquitis crónica, enfermedades gástricas, molestias en el bajo vientre, úlceras de estómago, hipertensión, infarto de miocardio, arritmias, leucemia y cáncer.

Estos síntomas se agravan si se juntan con radiaciones naturales.

Así es, no solo debemos preocuparnos por lo que nos llega del exterior, como las antenas de telefonía móvil, sino sobre todo por lo que tenemos ya a dentro, porque suele ser incluso más perjudicial. Por ejemplo el teléfono inalámbrico, el wifi, el cableado y una instalación eléctrica defectuosa… Todo este conjunto te producirá un campo electromagnético perjudicial y que te acabará afectando a la salud. 

También hay que prestar atención a los diferentes materiales usados en la construcción de tu casa, el mobiliario, moquetas, pinturas, alfombras, productos de limpieza… que pueden desprender compuestos orgánicos volátiles y producirte tos, inflamaciones, erupciones, alergias e irritaciones cutáneas y oculares.

En el post de “14 motivos por los que nuestra casa nos enferma” encontrarás explicaciones más detalladas a esta pregunta.

Un estudio geobiológico en todo momento buscará la biocompatibilidad: que el lugar influencie positivamente la salud de las personas que lo frecuentan. Para tal fin detectará las radiaciones naturales (redes globales Hartmann y Curry, fallas, corrientes de agua subterránea…) con métodos radiestésicos; y los campos magnéticos y las radiaciones artificiales (de alta y baja frecuencia producidas por antenas, teléfonos, cableado, wifis, electrodomésticos…) con aparatos tecnológicos profesionales. 

El estudio también propondrá soluciones personalizadas para cada caso. 

En el siguiente post puedes encontrar más información detallada sobre qué es la Geobiología y en qué consiste un estudio geobiológico.

Lamentablemente no. Las mediciones demuestran la misma radiación en los pisos bajos que en un piso 40. Son paredes verticales de energía terrestre que atraviesan todos los muros.

Probad a cambiar de lado durante unos días, veréis si se tornan los síntomas. Si es así, es muy probable que esa zona de la cama esté afectada por alguna radiación natural que debería estudiarse. 

Pensad también que cada cuerpo es distinto y tiene una sensibilidad diferente. Que una persona no note ahora los síntomas, no quiere decir que internamente su cuerpo sí esté percibiendo los daños que le ocasionan esas radiaciones y que eventualmente le acabarán repercutiendo en su salud.

Antes de alarmarse, se deberían hacer unas mediciones para ver cuánta radiación te llega dentro de casa. A veces no entra tanta como nos pensamos y el problema lo tenemos más dentro de casa que a fuera. En el caso de que entre dentro de tu casa, existen varios sistemas de apatantallamiento que reducirían al máximo esta radiación, como: cortinas especiales, cristales, vinilos, pinturas, mallas… Cada caso debe estudiarse personalizadamente, pero casi siempre se suele encontrar una solución.

Tiene que tener una correcta ventilación y poderse quedar completamente a oscuras por la noche. Lo ideal sería no tener aparatos eléctricos en toda la habitación (ordenadores, televisores, teléfonos…), sobre todo en la mesilla de noche que es lo que tenemos más cerca de la cabeza. Así reducirías al máximo la radiación electromagnética que recibiría tu organismo durante 8 horas al día y en el momento en que somos más vulnerables: cuando dormimos. 

Como prevención, puedes apartar el cabezal de la cama un palmo de la pared, para separarte del cableado eléctrico que suele pasar por esa zona. Aunque lo correcto sería hacer unas mediciones y saber el alcance de estas radiaciones. Existen desconectores de red automáticos, que al irte a dormir dejaría sin suministro eléctrico toda la habitación, eliminando así  la contaminación electromagnética que podría afectarte.

En el post “6 elementos esenciales para tener un buen dormitorio” puedes encontrar más trucos y consejos.

En Oriente es lo mismo. Todo es Feng Shui, la Geobiología forma parte de él. Es en Occidente que lo hemos separado en dos disciplinas distintas.

Es por eso que decidí estudiar ambas, tanto Feng Shui como Geobiología, para poder ofrecer unos estudios lo más completos y personalizados posible para cada casa, oficina y personas.

La Geobiología habla de corrientes y campos electromagnéticos y el Feng Shui habla del Qi (Chi) y sus variantes, pero en definitiva estudian lo mismo con diferentes palabras y diferentes puntos de vista.

Sobre todo a aquellas personas que:

  • Tienen problemas para dormir, que notan que no descansan bien, padecen insomnio y se levantan sin energía.
  • Están embarazada y quieren preparar un entorno geoambiental adecuado para la gestación y la crianza de un bebé sano, libro de tóxicos y radiaciones.
  • Les falta vitalidad y no hay una causa médica que lo justifique.
  • Han cambiado de vivienda y quieran saber qué zonas son mejores para distribuir las habitaciones, las camas, estudios y el mobiliario en general, para así evitar posibles futuras dolencias y enfermedades.
  • Quieren hacer un chequeo general de la salud de su hogar u oficina.
  • Piensan en alquilar o comprar y quieren tener un análisis de su futura vivienda u local comercial.

Está indicado para todo el mundo. El estudio de Feng Shui te hará sentir armonizado y en sintonía con tu casa, lo que te aportará más vitalidad y energía. 

Las personas que han armonizado su piso con un estudio de Feng Shui comentan que sienten más seguridad y claridad mental y eso les ha ayudado a la hora de tomar decisiones importantes en su vida y que han acabado por ser las correctas. 

Si sientes que una parte de tu vida no termina de ir bien y quieres corregir o potenciar algún aspecto (relaciones, prosperidad, salud…), el Feng Shui suele dar en la clave para el desbloqueo. 

Lo ideal es superponer el estudio de Feng Shui a otro estudio previo de Geobiología. Así se consigue una armonización perfecta teniendo en cuenta las zonas saludables de la vivienda y sus orientaciones magnéticas.

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Si tus dudas no han sido resueltas en este apartado, puedes ponerte en contacto conmigo
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